Friday, January 15, 2016

La palabra y el fucking mundo de Todas las perversiones posibles de la democracia están aquí / Petra, de Antonio César Morón

A finales de 2015 Editorial Fundamentos publicó Todas las perversiones posibles de la democracia están aquí y Petra, obras del dramaturgo granadino Antonio César Morón.  El prólogo del libro es escrito por la investigadora y profesora Iride Lamartina Lens, quien apunta sobre los textos “[la] poética de ruptura de estructuras dramáticas tradicionales; de dualidades; y del tratamiento prismático y, a veces, ilógico del argumento” (7), características del autor que ha desarrollado la metodología de la dramaturgia cuántica.

La obra de Antonio César Morón es singular.  Singular porque sus piezas exploran la escritura teatral más allá de la normativa.  El manejo del tiempo, la construcción del texto, la acción, la exploración de los personajes se presentan de maneras alternas, a veces insospechadas para indagar en las posibilidades de la representación escénica.  Las piezas se distancian del realismo; mejor dicho, se desarrollan en realidades alternas en las que se cruzan lo ancestral y lo futurista en acciones rituales para develar un mundo en el que ocurren hechos tan insólitos como en éste.  Los textos son textos-prueba que incitan el desarrollo de estéticas alternas, desafían la creación teatral convencional y los criterios de recepción de la audiencia.   

Todas las perversiones posibles de la democracia están aquí en palabras de Lamartina Lens, conforma una “trilogía en torno al thriller político” (7): Del código genético de la población, Cuanto la soledad esté dispuesta a permitir y Buscando el lenguaje que lo legitime

En las piezas publicadas, la palabra es protagonista.  La palabra crea, muestra, destruye, denuncia; es venerada, repudiada.  Otro rasgo de la dramaturgia de Morón es la casi –a veces total- ausencia de acotaciones: a partir de los parlamentos se conforma la acción escénica.  La palabra con su cadencia genera un ritmo orgánico que los intérpretes deben encontrar.  En Petra se incorpora un narrador oral, bien sea su voz o su presencia –a discreción del director- del Cuentacuentos.  Este narrador, además de relatar la historia, articula parlamentos que repiten los actores, resonancia de diálogos idénticos con intenciones diferentes.

La crítica a la palabra, su comparación y contraste se colocan en los diálogos de los personajes.  Tom Materia dice a Lidia Ingea: “Qué tragedia, ¿verdad? Sobrevivir a base de palabras… Esta es la política… Aquí se asientan las bases más férreas de la democracia.  Palabras… Palabras… Habla, Scherezade… Confío en tu retórica…” (72).  La lengua posibilita el funcionamiento de instituciones sociales y herramienta en la creación.

Por otra parte, en términos de diacronía, la palabra va adquiriendo otro sentido, el significado se transforma.  Los textos nombran instituciones cuyas funciones se han modificado.   Conceptos como democracia, sistema financiero, medios de comunicación son colocados bajo una perspectiva y significación contemporáneas. 

A partir de un eje globalizado, las instituciones se cruzan y terminan modificándose unas a otras.  “Democracia”, en vez de significar una forma de gobierno ejercida por los ciudadanos, pasa a ser el gobierno influenciado y presionado por el sistema financiero privado: “…los votos se ganan con dinero.  Con dinero solamente.  Con dosis enormes de dinero…” (19), parlamento que hace recordar, en la democracia más perfecta, el rol de la industria de las armas y sus contribuciones a campañas electorales para que los representantes elegidos por el pueblo hagan caso omiso a eventuales legislaciones que claman por un mayor control en la adquisición de armas de fuego. 

La labor de las corporaciones de la comunicación también adquiere otro tono.  En vez de difundir la noticia, la interpreta de acuerdo a intereses particulares e incluso las inventa: epidemias, levantamientos populares forman parte de informaciones falsas mientras que la realidad de desapariciones de seres humanos, la hambruna, la tragedia migratoria son desplazadas a las sombras.  El personaje Lidia Ingea conoce esta dinámica cuando se dirige a Lapium Bex, culpado de un magnicidio a pesar de ser inocente: “Los medios de comunicación ya te habían condenado.  Ellos son quienes realmente imparten la justicia en este país” (60).  Por ello, no es aventurado afirmar  que la sociedad del espectáculo ronda estos textos: los ciudadanos se conectan a través de la imaginería contemporánea.  La percepción del mundo termina dividiéndose en dos: la que se articula en el mundo físico y la que ofrecen los medios.

Palabra de contextos diversos aparecen en las piezas.  Huevón, güey, brother, rajarse; neologismos como narcoaccionistas sitúan a los personajes en un mundo globalizado, un mundo escindido entre imágenes, el mercado y el poder.  En palabras del personaje Canito Nick, un Fucking mundo.


Morón, Antonio César.  Todas las perversiones posibles de la democracia están aquí / Petra. Prologo Iride Lamartina Lens.  Madrid: Editorial Fundamentos, 2015.  Print. 

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