Los que hacemos teatro, pocas veces tenemos la oportunidad de conocer las respuestas e impresiones de los espectadores frente a las producciones a las asisten. Gracias a mi posición privilegiada, voluntario en los cursos de GED en español del Proyecto Impacto de Columbia University, el viernes 30 de marzo 2012, llevé a varios estudiantes a la representación de Baile Cangrejero de Teatro Pregones en el Bronx. Las tres reseñas que siguen muestran que la educación formal es herramienta de superación; muestra también que el teatro es un recurso valioso para la educación formal. En este caso, estimula a los estudiantes a crear respuestas ante la realidad.
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La pieza teatral Baile Cangrejero tuvo un desarrollo excelente, tanto en la actuación como en el texto, la música y la coreografía.
La discriminación racial, como tema central de la obra, es un problema que desde nuestros antepasados hemos venido acarreando. Hasta el día de hoy, el racismo es definido en todas las instancias y foros internacionales como una afrenta a la dignidad humana básica y una violación a los Derechos Humanos. La obra teatral nos hizo ver claramente la ignorancia en la que a veces caemos cuando discriminamos, sin darnos cuenta de nuestras raíces o de que la pureza de una raza ya casi no existe y menos aún en el mundo occidental o blanco que ha sufrido conquista tras conquista. Nos hizo recordar también del sufrimiento que padecieron los esclavos, la manera en que vivían, los trabajos forzados y denigrantes a los que los sometían sin su consentimiento. Por el sólo hecho de haber nacido negros, estaban condenados a trabajos sólo considerados “para negros” y eso era lo único que podían conseguir. Aún hoy, la discriminación persiste con la educación diferenciada y elitista. Los negros que no tienen la suerte de estudiar son “rescatados o descubiertos” por los blancos para ser explotados; tal es el caso de los boxeadores. Finalmente, nos recordó la riqueza de la cultura negra.
Los actores, Antonio Vargas y Yaremis Félix estuvieron increíbles en su interpretación. Está claro que tienen dominio escénico y consiguieron cautivar al público. Los movimientos estaban acorde con el texto y la pronunciación fue clara.
La coreografía estuvo espectacular. El ritmo de las danzas fue contagioso y disfrutado por todo el público.
La obra teatral Baile Cangrejero fue una obra de mucha enseñanza que nos dejó un mensaje para recordarlo siempre, para que el concepto de superioridad y el de la xenofobia dejen de formar parte de nuestra sociedad.
Silenia Cuellar
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Al llegar al teatro, me impresionó mucho cómo la gente nos recibió. Fue con esa alegría y esa acogida tan calurosa. Al comenzar la obra, me sentí un poco extraño porque no entendía muy bien, pero poco a poco fui entendiendo. La obra Baile Cangrejero trata sobre las diferencias de razas, culturas y tiene un elemento musical.
Me encantó el recibimiento que la gente del teatro nos hizo. Sentí como si estuviera en casa. La gente muy amable, muy educada que estoy pensando en regresar otra vez. Son personas muy profesionales y muy centradas en lo que hacen. Se siente que el trabajo que realizan lo hacen de todo corazón con el propósito de enseñarnos, de educarnos y de revivir nuestra cultura y costumbres de nuestros antepasados.
Cuando comenzó la pieza, me sentí un poco extraño. Al comienzo aún no entendía muy bien la obra, pero al seguir observando me iba dando cuenta de lo bonito que estaba el baile, la música. Todo estuvo genial.
Una de las escenas que más me impactó me hizo recordar que he visto a personas que no quieren reconocer de dónde vinieron para sentirse superiores a los demás. Tal como la historia que pasaron en la obra: ahí fue cuando me identifiqué porque yo mismo viví en carne propia esa discriminación que me hacía mi propia gente, por el único hecho de ser indio, por tener un apellido indio. Como ellos se creían mestizos, se creían superiores; por eso discriminaban. Sin embargo, parece que ellos no se daban cuenta que sus abuelos y tatarabuelos vienen de nuestra cultura. Cuando el poeta decía en el texto “¿Y tu agüela, aónde ejtá?”, la frase me llamaba mucho la atención.
Asistir a Baile Cangrejero, esa maravillosa obra, ha sido para mí una gran bendición. He aprendido cosas nuevas, a conocer otras culturas. También me ha hecho recordar y volver a mi pasado, recordar mi cultura, a mi gente y mi música.
Luis Gonzalo Celdo
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Baile Cangrejero es un gran espectáculo músico-teatral dirigido por el director teatral Jorge B. Merced el cual celebra la poesía, música y danza afro-antillana y afro-peruana. Está compuesto por un maravilloso elenco, entre ellos grandes músicos, dirigidos por Desmar Guevar y los actores Antonio Vargas y Yaremis Félix, quienes deleitan a todo su público con poemas, cantos, música y danzas. Contiene una curiosa escenografía que pone tu mente a volar.
Hay que destacar que el director de esta obra teatral ha hecho un grandioso trabajo al unir todos los elementos que la componen. La pieza nos trae a la realidad de nuestras raíces u orígenes de nuestros ancestros. Nos permite recordar el antiguo dicho de que “todos llevamos el negro detrás de la oreja”.
El elenco es fabuloso. Tanto los músicos como los actores mantienen una muy buena energía en todo momento de la función, desde el principio al fin. Energía que transmiten a sus espectadores, los cuales tienen la oportunidad de participar de la historia que se relata con gran claridad y de manera muy jocosa por los actores.
El Teatro Pregones ha preparado para esta obra una excelente escenografía. Sus luces, color y diseño permiten poner tu imaginación a volar dentro de éste, su paisaje afro-antillano.
Baile Cangrejero, muy bien dirigida con muy buenos músicos y actores que aparte de ponernos a disfrutar, nos hace reflexionar acerca de nuestras raíces. Es una muy buena experiencia teatral que todos podemos disfrutar y aprender de ella.
Santa E. Pujols
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