José Luis Ramos Escobar es un autor puertorriqueño. Parte de su producción dramatúrgica toma el pulso a la sociedad contemporánea recreando sus diversos componentes. Piezas como Indocumentados, El salvador del puerto y Mano dura presentan diversas aristas de la vida urbana. Entre sus piezas está El olor del popcorn, basada en un hecho real, y que se presenta por primera vez en Nueva York.
En El olor del popcorn (1992) chocan dos mundos representados por Georgy, quien entra en un apartamento con la intención de robar, y por Fabiola, estudiante de teatro quien enfrenta el peligro a partir de sus recursos histriónicos.
Georgy y Fabiola representan visiones antagónicas. Cada personaje tiene una meta distinta y para lograrla ha de imponerse al otro. “La sociedad se compone de grupos y personas de diversas visiones de mundo. Convergen en el quehacer cotidiano, pero esa convergencia no es siempre armónica sino que los enfrentamientos se alternan con complicidades, y lo antagónico se yuxtapone con lo complementario”, afirma Ramos Escobar.
Ese encuentro, si bien parte de la realidad, pronto se adentra en lo ilusorio gracias al recurso de la representación y en el que aparecen personajes como Desdémona, lo que además de servir como juego teatral, explora conceptos como sexismo, clasismo o delincuencia.
La dirección está a cargo de Jorge B. Merced. La propuesta de Jorge adapta el texto a la cotidianidad neoyorquina y además lo presenta en inglés. Sobre los elementos que le atraen de la pieza, Jorge declara: “Siempre he respetado mucho el trabajo de Ramos Escobar. Hemos colaborado en varias ocasiones a través de los años y me siento cómodo navegando su estilo de escritura y la manera en que aborda la propuesta teatral”.
“Para esta pieza en específico –continúa Jorge- el juego entre la realidad y la fantasía, mezclado con la urgencia de buscar cómo sobrevivir una situación de gran peligro, es lograda con gran magistralidad. La trama te mantiene al borde de tu asiento de principio a fin. Y ambos personajes emprenden una trayectoria que ninguno planifica pero que los lleva a cuestionar la esencia de lo que los mantiene de pie”.
Sobre la vigencia de El olor del popcorn, el director señala que “el día que dejemos de preguntarnos preguntas tan sencillas como el porqué somos como somos, de qué se trata la esperanza, de dónde viene el dolor, porqué el amor... cuando ya no nos preguntemos de dónde viene el hambre de seguir vivos, creo que entonces sí que dejaremos de ser seres sociales y fracasaremos como humanidad”.
Luciana Faulhaber y Javier Gómez conforman el elenco. Para Javier: “Georgie es un personaje de extremos y es muy complicado en su totalidad. No tiene términos medios. Pero si debo escoger un solo aspecto, diría que lo más desafiante del personaje es lograr acceso a esas áreas de las emociones que son muy oscuras e intensas, y no se tienen fácilmente a la mano. Georgie es un marginado. Carga una impresionante furia y resentimiento contra el mundo que a su entender lo forzó a una vida de crimen y pobreza. Tiene un historial muy secreto y violento, y ha perdido fe en la humanidad. Es muy visceral y actúa como perro callejero en defensa propia, sin importar causar daño por que otros le hicieron daño a él”.
“El chico no es un monstruo –prosigue Javier-. Será ratero, pero en el fondo es muy humano y entiende claramente lo que está pasando. Cansado y defraudado decidió no pelear un mundo contradictorio que no tiene sentido”.
El olor del popcorn, de José Luis Ramos Escobar y dirección de Jorge B. Merced. Con Luciana Faulhaber y Javier Gómez. Del 8 al 19 de septiembre 2010. De jueves a sábado: 8:00pm; domingo: 3:00pm. En inglés con títulos en español. Teatro IATI: 64 Este de la Calle 4, Manhattan. Boletos $18 y $15. (212) 505-6757 / www.teatroiati.org
Foto: Alfredo Huereca