Saturday, March 21, 2020

Tramas Trim: La mirada burlona.



Tramas Trim: La mirada burlona.
Pablo García Gámez

Un dramaturgo se alinea al mejor postor en una conspiración de alto nivel; mientras tanto, otro dramaturgo parodia las luchas e intrigas en un centro de poder de un mundo paralelo.  A pesar de la violencia, la audiencia se divierte en una particular comedia a la vez que está frente a una interpretación del poder y su corrupción.  Reflexión sobre un tiempo postmoderno y neoliberal en el que se desarrolla Tramas Trim, pieza que junto con Rilkowk, conforman el reciente libro de Antonio César Morón publicado a comienzos de 2020 por Editorial Nazarí.
            Como académico, Antonio César Morón es conocido por el desarrollo de la teoría cuántica en dramaturgia y por sus investigaciones sobre el teatro en español que se representa en Nueva York.  Como autor, Morón posee una prolífica obra dramatúrgica.  En Nueva York se han llevado a escena piezas de su autoría a través de lecturas dramatizadas y producciones: Mariana Pineda y Herencia de la desidia, ambas dirigidas por Walter Ventosilla (2012); Balanza de los instintos (2014) y Rilkowk (2019), bajo la dirección de Mario Colón.
            Entre los rasgos latentes en la dramaturgia de Morón me interesa destacar dos: la densidad de la palabra y el carácter trasatlántico de su producción.  Sobre el primero, las obras presentan una referencia barroca.  Son textos en los que los personajes proyectan su mundo interior y su interpretación de la realidad a través de un elaborado registro de la lengua.  Los parlamentos se estructuran con la palabra precisa, en diálogos que llenan el escenario y que marcan determinados ritmos a partir de la repetición y la aliteración; por ejemplo en Balanza de los instintos, Asno Mai dice a su hija: “Igual nos da un mes, que dos meses, que tres meses,  Pero no más de tres meses” (98); más adelante precisa: “Si puede ser con el de un mes, el de un mes.  Si puede ser con el de dos, el de dos.  Si no hay más remedio, tendrá que ser el de tres.  Pero nunca más de tres meses” (100).  En consecuencia, las piezas de Morón, se resisten a esquematizar el hecho teatral y adaptarse a los dictados de voces que plantean un modo esquemático de lectura en el espectador contemporáneo, lectura afectiva de la imagen.  Son obras a ser representadas con una base arraigada en la teatralidad: la audiencia asiste a presenciar la obra de teatro en la que formas, acciones y diálogos son parte del ritual.  Otro resultado es que, escritas desde la perspectiva cuántica, los textos son objetos manipulables, porosos, con incisiones que generan diversas formas de interpretación: la teatralidad está potenciada para su exploración por directorxs e intérpretes como lo demuestran montajes como Herencia de la desidia o Balanza de los instintos. 
            Otro rasgo para tener presente es la aproximación al panhispanismo en varios de los textos, representado en diferentes usos dialectales.  Debido a las investigaciones académicas que llevan a Morón a Nueva York, el autor experimenta de primera mano la multiplicidad y convivencia de dialectos, las relaciones con el inglés o el Spanglish, lo que incorpora en sus piezas a través de diversas maneras. El investigador explica:
Esta cultura panhispánica arrastra muchas de las problemáticas de los países de procedencia de sus propios autores, pero, a su vez, se ve tamizada por la circunstancia de haber sido generada fuera de esos países de procedencia, con lo cual se multiplican los puntos de vista y las perspectivas de los autores. Y a su vez, se generan también unos discursos propios de la ciudad de Nueva York. La cultura Spanish está concebida y configurada a partir del discurso del otro, siendo ese otro la cultura hegemónica anglosajona. Spanish no hace alusión solamente a la cultura, sino que engloba todo el ser en la ciudad del individuo, por encima y con independencia de si es ciudadano americano o no. Spanish afecta, incluso, a una fisonomía diferenciada de otras como puede ser la hegemónica —aunque no dominante— anglosajona… (91).
Este espacio de la ciudad, al que denomino hispano, tradicionalmente ha sido marcado por una doble alteridad de lengua: el español es una lengua periférica en la ciudad y en otros contextos hispanohablantes que ven con recelo el español de la ciudad por su contacto con el inglés.  Por estos factores es el tercer espacio al que se refiere Anzaldúa.  Morón enriquece su registro experimentando de primera mano el contacto con la doble alteridad lingüística: en Tramas Trim, Sarelli Sirium, Garcius Loving y Cocoso, sin saber por qué, de súbito y sin motivo comienzan a hablar como argentinos o cubanos hasta recuperar su acento peninsular.  Esta multiplicidad de acentos en los textos responde a la búsqueda y experimentación de ritmos y tonos en el aspecto formal y forman parte del reconocimiento al rasgo policéntrico del castellano.  En cuanto a temática, no es descabellado pensar que las historias de Nueva York hayan ofrecido al creador rasgos para nuevos personajes: en Balanza de los instintos aparecen La Lunfarda y Gélida Sturm forzadas a emigrar huyendo de la pobreza, la violencia e inercia oficial de algún país latinoamericano y llegan a un espacio metropolitano que podría ser Estados Unidos o España.
Con el postmodernismo al hombro.
            Como comedia, de Tramas Trim podemos localizar un antecedente inmediato: Universidad Bicéfala (2013), que en su ocasión definí como “irreverente y neurótica” (11).  En ambos textos las motivaciones de los personajes abordan el absurdo.  Las estrategias para lograr sus objetivos son descabelladas.  Para ellos, las cosas intrascendentes se convierten en las más relevantes; realizan acciones exageradas, con frecuencia, grotescas. El espacio en las dos piezas son centros de poder.  En contraste, mientras que Universidad Bicéfala, es un sistema cerrado e inalterable con sus castas de poderosos y sirvientes, en Tramas Trim se reúnen personajes de diversos orígenes como la presidenta, el banquero, el matón, en un sistema aparentemente inamovible, pero que en el fondo se tambalea e incluso, podría sufrir una posible transformación.   
            Como arriba señalo, parte de Tramas Trim se desarrolla en un centro de poder: el Palacio Presidencial de Godonia, país cuya primera mandataria es Tramas Trim.  Integrando narrativas de la cultura de masas, como en una narconovela, en Tramas Trim hay secuestros, intentos de asesinato, extorsión.  Uno de los personajes que adversa a la presidenta es Exmakus, “[el] banquero más influyente del país” (93).  En el relato neoliberal tradicional, Exmarkus dirigiría el destino de Godonia detrás de bastidores y el país tendría una presidenta títere; en este caso, el autor introduce una variación: Tramas -que además de mandataria, dirige un grupo de narcotraficantes- ha desarrollado las destrezas para tener el poder económico y el político imponiéndose sobre el poder corporativo.  Godonia deja de ser la corpocracia típica, la democracia manejada por corporaciones en la que el pueblo, o personajes como las inmigrantes de Balanza de los instintos o la madre de Herencia de la desidia, no tienen representación posible.  Gobierno y ciudadanía son dos esferas separadas conectadas – o desconectadas- por los medios corporativos de comunicación al servicio del poder: se difunde o -con frecuencia- se construye la noticia que beneficia a los grupos influyentes y manipula a los ciudadanos; la noticia deja de ser tal para transmitir alienar la sociedad, para que el subalterno apoye y defienda a sus opresores.  A este grupo de poderosos se incorpora un escritor: Garcius Loving, “…un dramaturgo fracasado, un ser casi anodino…” (81) quien demuestra cierto talento para la escritura dramática, pero que pierde por completo al integrarse a uno de los bandos en pugna, no por convicción sino por conveniencia social y material.
            La pieza se desarrolla durante el carnaval resonando el carnaval batjiano, con la matización de que puede mantenerse o invertirse de forma simbólica los rasgos de los roles a través del disfraz.  Desde el principio, Garcius Loving aparece vestido de hada madrina siendo su personalidad más cónsona con la de Cenicienta en su intención de ascender socialmente; junto a Loving aparece Cocoso disfrazado de serpiente, disfraz que en este caso remarca rasgos de su identidad.  Más adelante Goronos, personaje torpe, “un matón de tres al cuarto” (86), entra con un atuendo similar al de la estrella pop Madonna, sin peluca creando la imagen alterna de una cantante calva mientras que Tramas Trim llega a la fiesta representando lo que es en la cotidianidad: una pantera. 
            A partir de la palabra, Morón indaga las posibilidades rítmicas y la capacidad de acción de éstas.  En la primera escena, la tensión dramática se establece a partir de cómo se resolverá el conflicto de Cocoso, de si logra convencer o no a Garcius Loving de que lo deje libre.  Cocoso en este parlamento establece diversas estrategias para lograr su objetivo; cada razonamiento suyo es rebatido por Loving lo que genera la tensión que mantiene atenta a la audiencia.  Otro momento, a propósito de la palabra y la acción, se desarrolla en la escena I del cuadro IV entre Cocoso, Sarelli Sirium y Garcius Loving quienes planean un asesinato; el conflicto del grupo es que no puede ser un asesinato convencional: no se permiten a sí mismos que el hecho tenga referencias en el crimen decimonónico, el barroco o el de principios del siglo XX.  Buscan que el acto esté marcado por una estética postmoderna para estar a tono con la tendencia actual, “…un crimen típico de esta época” (120).  Sin estar muy claros, a medida que avanza el diálogo descartan varias formas convencionales de asesinato hasta encontrar la manera postmoderna y rebuscada: “…un centímetro cúbico de protopiel impregnada con unos agentes víricos infecciosos…” (122), que venden los chinos refiriéndose a las tiendas de bajo costo donde se encuentra cualquier tipo de mercancía (en Nueva York lo venderían en una tienda 99 cents).  Lo engorroso del procedimiento postmoderno los lleva a un resultado distinto al que esperaban.
            Característico de Tramas Trim son los segmentos de “relato” y “ficción”.   Morón designa como “relato” la presentación de un personaje a cargo de un actor.  La acotación, aspecto analizado por el autor hasta desaparecerlo en ocasiones, pasa a formar parte del espectáculo, a ser teatralizada.  “Ficción” es la acción dramática propiamente dicha con las acciones y parlamentos pertenecientes al performance.  En determinado momento, el dramaturgo Loving deja de intervenir y los personajes nombran a otro personaje: Antonio César Morón, “…el autor del texto de todos los personajes.  Y de la acción” (139).  Los roles rechazan al autor nombrado poniendo en tela de juicio su intención de hacer teatro político, definiéndolo como arcaico, heredero de mayo del 68.  Total, para qué hablar de política y de poder si ellos, los personajes, son postmodernos; para qué hablar de viejos conceptos como colectivo, corrupción, derechos y lucha; para qué, si están saturados de información veraz.  Son los cuestionamientos que Tramas Trim plantea y que, literalmente, el elenco y nosotros debemos resolver.

Obras citadas.
-García Gámez, Pablo.  Introducción.  Ahora los esclavos, Editorial Fundamentos, p. 11.
-Morón Espinosa, Antonio. Balanza de los instintos.  Ahora los esclavos, Editorial Fundamentos,
pp. 99-100.
---.       “El teatro escrito en español en la Ciudad de Nueva York: Búsqueda y generación de identidad(es) desde la dramaturgia”.  Latin American Theatre Review, Vol. 48, No. 2, Spring 2015, pp. 87-106.  Project Muse doi:10.1353/ltr.2015/0004.
---.       Tramas Trim.  Rilkowk/Tramas Trim, Editorial Nazarí, pp. 81, 93, 120, 122, 139.

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