Baile Cangrejero, tradición hispana
Pablo García Gámez
Era 1993 o tal vez 1994. A la entrada de la Biblioteca Pública de Jackson Heights, Queens, un flyer anuncia la presentación de Baile Cangrejero de Teatro Pregones. Ver una obra en español es una oportunidad para olvidar el desarraigo, olvidar esa sensación de no-pertenecer a una ciudad en la que vivo hace solo un par de años.
Asisto
a la presentación. Los actores son los
recién conocidos Jorge Merced y Judith Rivera; el público, adultos en su
mayoría. Los intérpretes son puertorriqueños
y los espectadores, mayoritariamente, coreanos: el multiculturalismo se manifiesta en el auditorio.
Baile
Cangrejero nace
de la tradición y la cultura popular antillanas. Sus orígenes se encuentran en las voces de
la poesía negroide, en los ritmos afro puertorriqueños de la plena y la bomba; en la palabra viva, en los cuerpos que se expresan a través de la herencia de
movimientos y en el repique de la música. En
ese encuentro nace una imagen imborrable: actores y espectadores se comunican a
través de la música y el baile en una fiesta teatral.
Más de tres décadas después, y luego numerosas representaciones, Baile Cangrejero es parte esencial de la cultura hispana/latina de Nueva York. Diferentes actores y actrices como Antonio Vargas, Yaremis Félix y Sandra Nía García, además de los mencionados Jorge Merced y Judith Rivera, han formado parte del elenco. La obra pertenece a nuestra historia teatral hispana en Nueva York; recoge la esencia de ese Caribe añorado, de historias y leyendas que muchos migrantes llevamos con nosotros. Historias y leyendas de ese Caribe luminoso, a veces ensombrecido por piratas contemporáneos.
Los
nuevos intérpretes de Baile Cangrejero, Cedric Leiba Jr. y Anna Malavé, tienen
la tarea de continuar la tradición. Por
supuesto que las tradiciones se adaptan a su tiempo y su contexto. En el montaje de 2025 se insertan textos
relacionados con el ICE y sus prácticas xenofóbicas: son tiempos en los que es un
acto de resistencia, y a la vez necesario, mostrar en escena este desmadre.
La
base del texto es una selección de poemas de Julia de Burgos, Luis Palés Matos,
Fortunato Vizcarrondo, Nicolás Guillén, Nicomedes Santa Cruz y Manuel del
Cabral. Esperanza, decepción, marginación,
lo cotidiano, la explotación, la visión de mundo y las raíces son explorados
por estos autores que en conjunto crean diversas imágenes del sujeto
afrodescendiente.
Rasgos distintivos de Baile Cangrejero son la energía y la versatilidad interpretativa de actores que declaman, cantan, bailan e improvisan ritmos durante la función. Anna Malavé es una actriz con la fuerza y versatilidad para incorporar diversos personajes; Malavé maneja los puntos de atención que pueden ir desde un elemento próximo a ella hasta expandir una energía que abarca el teatro. Cedric Leyva Jr. es un actor con la experiencia necesaria para dar brillo a los personajes que interpreta en este trabajo.
La música está a cargo de prestigiosos intérpretes como Anthony Carrillo, Álvaro Benavides, Camilo Molina, con Desmar Guevara en la dirección musical. Es un privilegio presenciar las improvisaciones y diálogos entre la música y los bailarines en momentos que llevan a los espectadores al delirio.
Jorge
Merced, primer intérprete de este baile, ahora en su rol de director transmite
la tradición a Malavé y Leiba quienes, con su talento, contribuyen a crear esta
celebración de la esencia caribeña.
Celebración que brinda sentido de arraigo.
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