La dama del sol: sobre héroes e identidad
Pablo García Gámez
La maestra Isadora Castellanos ensaya constantemente
la obra de teatro La dama del sol
para, según ella, exaltar los valores de la identidad nacional que definen su
comportamiento en la esfera pública. Los
ensayos se realizan en los espacios de la escuela rural Dios y Federación y
cuentan con la participación de Lorenzo Mujica, padre de un estudiante.
En el ensayo, con referencias en el ritual, se
materializan las figuras de Simón y Manuela.
La intensidad de los textos los lleva a un estado de enajenación en el
que comienzan a representarse a sí mismos. En el acto de interpretar afloran la
soledad, el deseo reprimido, la frustración de pequeñas vidas en las que los días
se repiten y donde se confunden recuerdo e invención. Isadora y Lorenzo, crea una realidad, su realidad cargada de pasión y erotismo
en la que sus vidas adquieren la relevancia que jamás tendrían como maestra y lonchero. Isadora y Lorenzo son en los ensayos.
El texto de Rubén Darío Gil reflexiona acerca de las
bases de la comunidad imaginada, tema recurrente en la dramaturgia
venezolana. Los diálogos hacen
diferentes aproximaciones a la venezolanidad.
Se enuncian figuras, hechos y fechas de la historia y la cultura oficiales,
tamizadas por académicos e intelectuales en la construcción de la identidad
colectiva. La visión de la construcción hegemónica
desde la periferia es el dispositivo que hace de La dama del sol una pieza crítica, audaz y lúdica.
Al espectáculo se incorpora al héroe-padre romántico
que desafía la naturaleza y lucha contra un imperio, el que se torna inalcanzable
para los personajes. Allí parte el desencuentro: fracasar al intentar representar
una imagen que solo se representa a sí misma y, paradójicamente tener relativo éxito
al humanizar al héroe, darle características de hombre común. Isadora se obsesiona con Manuela: aproximarse
a esta figura es el mecanismo que desafía la represión de género en una
sociedad patriarcal; a través del personaje ella alcanza lo que en realidad quisiera
ser al punto de no decidirse a representar la obra en público.
La producción es de Synaem, grupo independiente que
refuerza el aspecto kitsch del texto.
Cortinas de satén amarillo, pollos mensajeros, flores de plástico crean
un espacio cargado de cursilería a partir de la interpretación de la estética oficial
desde la alteridad. El vestuario es un elemento que refuerza y expande dicha
estética: visualmente impactantes son la chaqueta intervenida de Simón, la
máscara y el traje de Manuela, trabajos realizados a mano, de corte artesanal.
Los actores Annie Ferrer y Maenys Pérez Rojas realizan
un performance donde los personajes que representan se alternan sin
transiciones creando situaciones absurdas.
Annie Ferrer explora
Isadora/Manuela demarcando los roles; logra momentos de intensidad, de locura y
alcanza el objetivo de visibilizar el erotismo y su represión. Maenys
Pérez Rojas propone un Lorenzo Mujica entre cándido y pícaro, que busca
asirse a algo que lo desplace de la rutina para evocar sus tiempos de poeta;
como Simón lanza una serie de cuestionamientos sobre la relación entre los
íconos fundacionales y la contemporaneidad.
La dirección de Pérez Rojas incorpora una dinámica planta
de movimientos que explora el espacio escénico, que tensa las relaciones entre
los personajes. Por otra parte, el
montaje adapta la memoria a una estética inmediatista, como se observa en la
selección musical. Pérez Rojas incorpora
el caos como resultado del encuentro entre lo cotidiano y lo simbólico, y a la
vez momentos en que los personajes se comunican desde su esencia, desde su
humanidad como en la escena final.
A pesar del caos, Isadora y Lorenzo hablan para
mejorar la obra y sus vidas. Tal vez si sus
conversaciones dejaran de ser privadas, el público de la escuela rural Dios y
Federación caería en cuenta que dialogar es productivo.
La dama del sol, de Rubén Darío Gil. Elenco: Annie Ferrer y Maenys
Pérez Rojas. Escenografía, vestuario y
dirección: Maenys Pérez Rojas.
Producción: Synaem. Sábado 24 y
domingo 25 de junio, 3:00pm. Teatro FEC,
Torre Oeste, sótano 1, Parque Central.
Boletos: Bs. 1.000.