Friday, June 3, 2022

Con los ojos cerrados: Entre la apariencia y la esencia


Pablo García Gámez


Dentro del triángulo escénico Bruno narra su historia. De entrada, el personaje es afable, simpático; su inclinación por la lectura y su solidaridad con otros son características hacen que el espectador esté frente a un humanista digno de emular. Su bonhomía es palpable en la historia que pareciera no tener conflicto sino más bien anécdotas que, junto a su personalidad carismática, despierta la empatía entre la audiencia. Paulatinamente, Bruno revela aspectos de su vida que causan -como comentó un espectador- rabia u horror. 
 
Con los ojos cerrados, texto de Luca Pizzurro, es un unipersonal que muestra que la relación entre la apariencia y la esencia no es necesariamente complementaria. El autor desarrolla ciertos rasgos por los que podemos venerar a un miembro de la comunidad; cualidades que lo diferencian de otros porque son por las que identifican a personas que merecen admiración. Implacable, el autor va mostrando los aspectos de una personalidad repugnante; en consecuencia, los espectadores se enfrentan a una experiencia de aceptación y rechazo extremos. 

En un mundo que tiende a conformarse cada vez más por sociedades polarizadas, las acciones de Bruno representan la trasgresión de fronteras a nivel individual, lo que plantea qué pudiera ocurrir si vulnerar los límites se asumiera en colectivo. Tal violencia hacia el otro podría estar presente, podría ser justificada, podría revertirse y no ser violencia o ser borrada por el uso de la palabra, tal como intenta hacer el personaje. Un antecedente real se da con la separación de familias de indocumentados por parte de un presidente estadounidense en beneficio de un bien abstracto: tanto el ejecutor como los que justificaron el acto causaron dolor entre los miembros de una sociedad creyentes que todas las personas tienen derechos inalienables. Autores y ejecutores de esta práctica no recibieron castigo alguno amparados en el poder político. De allí la relevancia de Con los ojos cerrados: cuestionar imagen y esencia; intuir el peligro de deshumanizar al semejante. 

Marc Parejo ha declarado que este es el primer monólogo en su extensa carrera teatral. La experiencia le ha servido para interpretar un rol de gran complejidad por sus muchos matices. La obra se inicia con el actor en ropa interior; paulatinamente se viste cubriéndose con las capas de poder que le permite vulnerar las reglas sin recibir castigos extremos. Al narrar la historia, como personaje de la picaresca, sugiere que Bruno busca la aprobación de un público que para él es juez: Bruno busca en el fondo ser expiado de su responsabilidad. El actor conduce a la audiencia por la historia con dominio del ritmo y muestra las diferentes facetas con detalle y precisión para llegar al punto de explorar aprobación y el estupor en la audiencia. 
 
La primera imagen que el espectador encuentra es la escenografía de Alessio Meloni y Juanjo González Ferrero compuesta por tres sillas y delimitada por un triángulo de cinta adhesiva en el suelo. A ella se integra el diseño de iluminación de Juanjo Llorens; tanto escenografía como iluminación crean un espacio minimalista de gran plasticidad. El vestuario, también de Meloni y González Ferrero, remata el sencillo, en apariencia, mundo de Bruno. A ellos se une la música original de Naiel Ibarrola que, entre otros, traduce los estados internos del personaje. La dirección de Sergio Soyos utiliza elementos esenciales que estimulan a la audiencia a re/crear ese mundo. 

El primer trabajo de Maniac Producciones, a cargo de Nicolás Degliantoni se caracteriza, como se ha acotado anteriormente, por crear un espectáculo conformado por elementos simples de complejidad expresiva. Maniac, productora española, realizó un ambicioso esfuerzo: un estreno trasatlántico en Nueva York el 2 (en temporada hasta el 4) de junio de 2022 en Teatro Círculo, en la Calle 4 Este de Manhattan, zona off-off Broadway de Nueva York donde tienen su sede teatros mundialmente famosos como La MaMa E.T.C. o el New York Workshop Theatre. La presentación de Con los ojos cerrados en la ciudad marca un hito en el diálogo teatral entre las dos orillas del Atlántico.

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