Tramas Trim: La mirada burlona.
Pablo García Gámez
Un dramaturgo
se alinea al mejor postor en una conspiración de alto nivel; mientras tanto,
otro dramaturgo parodia las luchas e intrigas en un centro de poder de un mundo
paralelo. A pesar de la violencia, la
audiencia se divierte en una particular comedia a la vez que está frente a una
interpretación del poder y su corrupción.
Reflexión sobre un tiempo postmoderno y neoliberal en el que se
desarrolla Tramas Trim, pieza que junto con Rilkowk, conforman el
reciente libro de Antonio César Morón publicado a comienzos de 2020 por
Editorial Nazarí.
Como académico, Antonio César Morón es conocido por el
desarrollo de la teoría cuántica en dramaturgia y por sus investigaciones sobre
el teatro en español que se representa en Nueva York. Como autor, Morón posee una prolífica obra dramatúrgica. En Nueva York se han llevado a escena piezas de
su autoría a través de lecturas dramatizadas y producciones: Mariana Pineda
y Herencia de la desidia, ambas dirigidas por Walter Ventosilla (2012); Balanza
de los instintos (2014) y Rilkowk (2019), bajo la dirección de Mario
Colón.
Entre los rasgos latentes en la dramaturgia de Morón me
interesa destacar dos: la densidad de la palabra y el carácter trasatlántico de
su producción. Sobre el primero, las
obras presentan una referencia barroca.
Son textos en los que los personajes proyectan su mundo interior y su interpretación
de la realidad a través de un elaborado registro de la lengua. Los parlamentos se estructuran con la palabra
precisa, en diálogos que llenan el escenario y que marcan determinados ritmos a
partir de la repetición y la aliteración; por ejemplo en Balanza de los
instintos, Asno Mai dice a su hija: “Igual nos da un mes, que dos meses,
que tres meses, Pero no más de tres
meses” (98); más adelante precisa: “Si puede ser con el de un mes, el de un
mes. Si puede ser con el de dos, el de
dos. Si no hay más remedio, tendrá que
ser el de tres. Pero nunca más de tres
meses” (100). En consecuencia, las
piezas de Morón, se resisten a esquematizar el hecho teatral y adaptarse a los
dictados de voces que plantean un modo esquemático de lectura en el espectador contemporáneo,
lectura afectiva de la imagen. Son obras
a ser representadas con una base arraigada en la teatralidad: la audiencia
asiste a presenciar la obra de teatro en la que formas, acciones y diálogos son
parte del ritual. Otro resultado es que,
escritas desde la perspectiva cuántica, los textos son objetos manipulables,
porosos, con incisiones que generan diversas formas de interpretación: la
teatralidad está potenciada para su exploración por directorxs e intérpretes como
lo demuestran montajes como Herencia de la desidia o Balanza de los
instintos.
Otro rasgo para tener presente es la aproximación al
panhispanismo en varios de los textos, representado en diferentes usos
dialectales. Debido a las
investigaciones académicas que llevan a Morón a Nueva York, el autor
experimenta de primera mano la multiplicidad y convivencia de dialectos, las
relaciones con el inglés o el Spanglish, lo que incorpora en sus piezas a través
de diversas maneras. El investigador explica:
Esta cultura panhispánica
arrastra muchas de las problemáticas de los países de procedencia de sus
propios autores, pero, a su vez, se ve tamizada por la circunstancia de haber
sido generada fuera de esos países de procedencia, con lo cual se multiplican los
puntos de vista y las perspectivas de los autores. Y a su vez, se generan
también unos discursos propios de la ciudad de Nueva York. La cultura Spanish
está concebida y configurada a partir del discurso del otro, siendo ese otro la
cultura hegemónica anglosajona. Spanish no hace alusión solamente a la cultura,
sino que engloba todo el ser en la ciudad del individuo, por encima y con
independencia de si es ciudadano americano o no. Spanish afecta, incluso, a una
fisonomía diferenciada de otras como puede ser la hegemónica —aunque no
dominante— anglosajona… (91).
Este espacio de la ciudad, al
que denomino hispano, tradicionalmente ha sido marcado por una doble
alteridad de lengua: el español es una lengua periférica en la ciudad y en
otros contextos hispanohablantes que ven con recelo el español de la ciudad por
su contacto con el inglés. Por estos
factores es el tercer espacio al que se refiere Anzaldúa. Morón enriquece su registro experimentando de
primera mano el contacto con la doble alteridad lingüística: en Tramas Trim,
Sarelli Sirium, Garcius Loving y Cocoso, sin saber por qué, de súbito y sin
motivo comienzan a hablar como argentinos o cubanos hasta recuperar su acento
peninsular. Esta multiplicidad de
acentos en los textos responde a la búsqueda y experimentación de ritmos y
tonos en el aspecto formal y forman parte del reconocimiento al rasgo policéntrico
del castellano. En cuanto a temática, no
es descabellado pensar que las historias de Nueva York hayan ofrecido al
creador rasgos para nuevos personajes: en Balanza de los instintos aparecen
La Lunfarda y Gélida Sturm forzadas a emigrar huyendo de la pobreza, la violencia
e inercia oficial de algún país latinoamericano y llegan a un espacio metropolitano
que podría ser Estados Unidos o España.
Con el postmodernismo al
hombro.
Como comedia, de Tramas Trim podemos localizar un
antecedente inmediato: Universidad Bicéfala (2013), que en su ocasión definí
como “irreverente y neurótica” (11). En
ambos textos las motivaciones de los personajes abordan el absurdo. Las estrategias para lograr sus objetivos son
descabelladas. Para ellos, las cosas intrascendentes
se convierten en las más relevantes; realizan acciones exageradas, con
frecuencia, grotescas. El espacio en las dos piezas son centros de poder. En contraste, mientras que Universidad
Bicéfala, es un sistema cerrado e inalterable con sus castas de poderosos y
sirvientes, en Tramas Trim se reúnen personajes de diversos orígenes
como la presidenta, el banquero, el matón, en un sistema aparentemente
inamovible, pero que en el fondo se tambalea e incluso, podría sufrir una
posible transformación.
Como arriba señalo, parte de Tramas Trim se
desarrolla en un centro de poder: el Palacio Presidencial de Godonia, país cuya
primera mandataria es Tramas Trim. Integrando
narrativas de la cultura de masas, como en una narconovela, en Tramas Trim
hay secuestros, intentos de asesinato, extorsión. Uno de los personajes que adversa a la
presidenta es Exmakus, “[el] banquero más influyente del país” (93). En el relato neoliberal tradicional, Exmarkus
dirigiría el destino de Godonia detrás de bastidores y el país tendría una
presidenta títere; en este caso, el autor introduce una variación: Tramas -que además
de mandataria, dirige un grupo de narcotraficantes- ha desarrollado las destrezas
para tener el poder económico y el político imponiéndose sobre el poder
corporativo. Godonia deja de ser la corpocracia
típica, la democracia manejada por corporaciones en la que el pueblo, o
personajes como las inmigrantes de Balanza de los instintos o la madre
de Herencia de la desidia, no tienen representación posible. Gobierno y ciudadanía son dos esferas separadas
conectadas – o desconectadas- por los medios corporativos de comunicación al
servicio del poder: se difunde o -con frecuencia- se construye la noticia que
beneficia a los grupos influyentes y manipula a los ciudadanos; la noticia deja
de ser tal para transmitir alienar la sociedad, para que el subalterno apoye y
defienda a sus opresores. A este grupo
de poderosos se incorpora un escritor: Garcius Loving, “…un dramaturgo
fracasado, un ser casi anodino…” (81) quien demuestra cierto talento para la
escritura dramática, pero que pierde por completo al integrarse a uno de los
bandos en pugna, no por convicción sino por conveniencia social y material.
La pieza se desarrolla durante el carnaval resonando el
carnaval batjiano, con la matización de que puede mantenerse o invertirse de
forma simbólica los rasgos de los roles a través del disfraz. Desde el principio, Garcius Loving aparece
vestido de hada madrina siendo su personalidad más cónsona con la de Cenicienta
en su intención de ascender socialmente; junto a Loving aparece Cocoso disfrazado
de serpiente, disfraz que en este caso remarca rasgos de su identidad. Más adelante Goronos, personaje torpe, “un
matón de tres al cuarto” (86), entra con un atuendo similar al de la estrella
pop Madonna, sin peluca creando la imagen alterna de una cantante calva mientras
que Tramas Trim llega a la fiesta representando lo que es en la cotidianidad: una
pantera.
A partir de la palabra, Morón indaga las posibilidades rítmicas
y la capacidad de acción de éstas. En la
primera escena, la tensión dramática se establece a partir de cómo se resolverá
el conflicto de Cocoso, de si logra convencer o no a Garcius Loving de que lo deje
libre. Cocoso en este parlamento establece
diversas estrategias para lograr su objetivo; cada razonamiento suyo es
rebatido por Loving lo que genera la tensión que mantiene atenta a la audiencia. Otro momento, a propósito de la palabra y la
acción, se desarrolla en la escena I del cuadro IV entre Cocoso, Sarelli Sirium
y Garcius Loving quienes planean un asesinato; el conflicto del grupo es que no
puede ser un asesinato convencional: no se permiten a sí mismos que el hecho tenga
referencias en el crimen decimonónico, el barroco o el de principios del siglo
XX. Buscan que el acto esté marcado por una
estética postmoderna para estar a tono con la tendencia actual, “…un crimen
típico de esta época” (120). Sin estar
muy claros, a medida que avanza el diálogo descartan varias formas convencionales
de asesinato hasta encontrar la manera postmoderna y rebuscada: “…un centímetro
cúbico de protopiel impregnada con unos agentes víricos infecciosos…” (122),
que venden los chinos refiriéndose a las tiendas de bajo costo donde se
encuentra cualquier tipo de mercancía (en Nueva York lo venderían en una tienda
99 cents). Lo engorroso del
procedimiento postmoderno los lleva a un resultado distinto al que esperaban.
Característico de Tramas Trim son los segmentos de
“relato” y “ficción”. Morón designa
como “relato” la presentación de un personaje a cargo de un actor. La acotación, aspecto analizado por el autor
hasta desaparecerlo en ocasiones, pasa a formar parte del espectáculo, a ser teatralizada. “Ficción” es la acción dramática propiamente
dicha con las acciones y parlamentos pertenecientes al performance. En determinado momento, el dramaturgo Loving
deja de intervenir y los personajes nombran a otro personaje: Antonio César
Morón, “…el autor del texto de todos los personajes. Y de la acción” (139). Los roles rechazan al autor nombrado poniendo
en tela de juicio su intención de hacer teatro político, definiéndolo como
arcaico, heredero de mayo del 68. Total,
para qué hablar de política y de poder si ellos, los personajes, son postmodernos;
para qué hablar de viejos conceptos como colectivo, corrupción, derechos y lucha;
para qué, si están saturados de información veraz. Son los cuestionamientos que Tramas Trim
plantea y que, literalmente, el elenco y nosotros debemos resolver.
Obras citadas.
-García Gámez, Pablo. Introducción. Ahora los esclavos, Editorial Fundamentos,
p. 11.
-Morón Espinosa, Antonio. Balanza
de los instintos. Ahora los esclavos, Editorial
Fundamentos,
pp. 99-100.
---. “El teatro escrito en español en la Ciudad de Nueva York: Búsqueda
y generación de identidad(es) desde la dramaturgia”. Latin American Theatre
Review, Vol. 48, No. 2, Spring 2015, pp. 87-106. Project Muse doi:10.1353/ltr.2015/0004.
---. Tramas Trim. Rilkowk/Tramas Trim,
Editorial Nazarí, pp. 81, 93, 120, 122, 139.