A petición del público, escrita y dirigida por Orlando Ascanio,
para el Teatro Estable de Villa de Cura, celebrará su función número 1.500, con
cuatro presentaciones especiales, los días sábado 3, 10, 17 y 24 de noviembre,
a las cinco de la tarde, en la sala Enrico Terrentin, ubicada en la sede
de la agrupación, en la calle Pérez Bonalde Nro. 5, sector Guayabal, Los
Colorados, a media cuadra de la Avenida Aníbal Paradisi, Villa de Cura, estado
Aragua.
A petición del público presenta la historia de “Fausto”
(encarnado por Luis Enrique Torres), y “Teodoro”, (personificado por Thomas
Enrique Romero), dos actores que apuestan al éxito y el fracaso, en medio de las transformaciones y cambios que se
presentan en la sociedad de nuestro tiempo.
La obra se estrenó el 09 de marzo de 1997, en la celebración de los 15
años del Teatro Estable de Villa de Cura.
Luis Enrique Torres es el único actor que sigue al
frente de su personaje "Fausto", desde el día del estreno hasta el
sábado 24 de noviembre, fecha en
la que llegarán a la Función Número 1.500. El otro actor, Thomas Enrique Romero, hará su debut
profesional al encarnar a "Teodoro", luego de cumplir un periodo de
aprendizaje y formación en los Talleres del Estable de Villa de Cura.
Esta obra representa la constante búsqueda y
reinterpretación del lenguaje grupal, a partir de su repertorio, ante las
transformaciones sociales que van aconteciendo en nuestro contexto
nacional.
A petición del público es una lectura dada a la vida del hombre
en el arte, específicamente el de teatro, donde sus valores artísticos y
humanos reflejan la constante interrogante del ser ante la proximidad de un
mañana desconocido y un pasado de inagotable tránsito, sobre el escenario, y
ante un público que existe, sólo en sus butacas.
Es una reflexión sobre la mirada del otro sobre el
creador, hasta dónde ser espectador puede generar, individual y colectivamente
la posibilidad de un cambio de paradigmas ante las fuerzas que adversan la
concurrencia a las salas.
La soledad, entonces, se hace parte del presente de
dos personajes,
Fausto y Teodoro, y del futuro que puedan
crear; y que se hace tangible en la voz del primero: “Este no
es el mismo país que soñamos, cuando pisamos por primera vez el escenario”, y
en la voz del segundo: “¿Puedo quitarme este vestuario, salir a la calle y ser
un ciudadano común, uno mas allá fuera? ¡No puedo! (…)”. Verdad y mentira, éxito y
fracaso, los pasea por el laberinto de un inventario, en el sordo combate de los persistentes, de los
que insisten en un mundo distinto; y que
se afina y se desgasta en el estallido de la poesía, a pesar de la derrota, en
la sempiterna carrera hacia el olvido que se enarbola cargada de memoria,
juegos y textos, que han acumulado para la representación del último mutis.
La invitación es para disfrutar de las cuatro presentaciones
especiales, los días sábado 3, 10, 17 y
24 de noviembre, a las cinco de la tarde, en la sala
Enrico Terrentin, ubicada en la sede de la agrupación, en la calle Pérez
Bonalde Nro. 5, sector Guayabal, Los Colorados, a media cuadra de la Avenida
Aníbal Paradisi, Villa de Cura, estado Aragua.
Contacto de prensa y promoción:
Hernán Colmenares (+58) 416 801 4534
Una semblanza necesaria: Orlando Ascanio y 55 años de puro teatro
Nada
más oportuno que conocer la historia de vida de Orlando Ascanio, contada por
Orlando Ascanio, y que no es otra que su largo y fructífero peregrinaje por el
mundo de escena teatral venezolana:
Me encontré con la poesía a la orilla del mundo
(Por Orlando Ascanio, Villa de Cura, 25 de febrero
de 2012).
No recuerdo si lo leí en algún sitio o se lo oí a
alguien. Puede ser que lo haya soñado. Sólo se que me resulta ideal para
iniciar este relato, visión o sistemática histórica, como dice uno de los
integrantes del Grupo Teatral donde milito desde hace 29 años.
Nací en el Hospital Policlínico de la fría ciudad de
Los Teques de los altos Mirandinos, un 23 de Mayo de 1939 a las 3 de la tarde
bajo el signo de Géminis, con ascendente en Libra (pienso y equilibro).
¿Que por qué me encontré con la poesía a la orilla del
mundo? Porque es muy cierto.
Cuando llegué a Villa de Cura, mi mundo cambió. La
Quema de Judas de Los Colorados, los cuentos de los señores en la plaza
Miranda, las ventanas, las gárgolas de las casas viejas, el patio al final de
la Casa del Santo Sepulcro y otros detalles fueron alimentando y despertando la
poesía vivida y esta nueva que se ofrecía como una ceremonia para sacar a flote
los fantasmas de mi niñez.
En
mi afán de conocer Villa de Cura caminaba desde el centro hasta la redoma de Los
Colorados y sentía que mas allá no existía sino el cielo rojizo de las
tardes. El cansancio por la caminata me obligaba a descansar en esa orilla.
También porque no me atrevía a ir mas allá. Luego por esa orilla me iba hasta
“Mata de Café” a dormir en casa de los Petit Marcano. Me vine a Villa de Cura,
con el propósito de alejarme de una serie de conflictos personales, de
descansar un poco del gran bullicio de Caracas donde vivía para aquel entonces.
Venía lleno de éxitos como actor: Dos grande triunfos “Calígula” y “Marilyn la Última
Pasión” dirigidas, versionadas y escrita la última por José Simón Escalona con
el Grupo Theja. Fue por tiempos de peregrinación.
En la Calle “Leopoldo Tosta” detrás de la Biblioteca,
nació a escondidas el Teatro Estable de Villa de Cura, a escondidas porque a
veces los ensayos terminaban muy tarde y nos quedábamos a dormir sobre un
montón de libros viejos y abandonados porque solo teníamos permisos hasta
cierta hora. La pasión podía más que las criticas, los insultos, las injurias
“¿Por qué si viene de triunfar en Caracas, de alternar con los grandes de la capital, no se devuelve y nos
deja en paz?” o “A mi me parece que ese tipo no es actor nada y anda huyendo de
la policía o de algo que hizo. Eso vamos a tener que averiguarlo” “¿Y si es un
espía de los Cisneros?”
“La Ultima
Cinta” de Samuel Beckett; “El Pedido de Mano” de Antón Chejov; “Sueños”,
propuesta de Orlando Ascanio, que participó en el Festival Liceísta local y que
causó gran escándalo por lo atrevido de las imágenes, porque el elenco no
parecía integrado por actores villacuranos,
que estaban poseídos, que eran actores no aptos para participar en un festival
liceísta porque todos eran profesionales. Un gran piropo, pero desalentador
para los muchachos porque ellos querían un premio. Con los que se quedaron vino “Cenizas”, de Orlando Ascanio, nuestro
primer gran triunfo y que nos dio a conocer en Maracay y en todo el país como
un grupo con grandes propuestas y un elenco de una gran calidad profesional.
De la Calle “Leopoldo Tosta” fuimos a parar a la Calle
“Miranda” gracias al apoyo de nuestra gran amiga ya ida: Trina Linero de
Albert; de nuestra gran amiga la Primera Actriz, venezolana- mexicana, Teresa Selma, y el apoyo
de Roger Barreto quien luchó con nosotros por la permanencia de una sala de
teatro en Villa de Cura. Luego
la gente se fue acercando. En esa sede se gestaron “Simulacros en la Soledad”,
“Coro de Señoras” “Olor a Carne Roída”, “Mascaradas”, “Leo, Gato y Rey” entre
tantas.
Vale la pena destacar que por primera vez en el año 87
el Consejo Nacional de la Cultura CONAC, gracias a la gestión de una amiga
actriz conocedora de nuestro trabajo (Norka Valladares) tomó en cuenta la labor
que veníamos realizando y nos asignó un subsidio (así se llamaba) de 60.000
Bolívares de los viejos y 10.000 como
aporte a la Producción para la obra: “Alacranes”.
Muchos premios, muchos reconocimientos, muchos piropos
de la critica especializada durante este año porque en el 88 con la salida de
la Señora Valladares del CONAC, perdimos el aporte. Fuimos desalojados de la
Sede en la Calle Miranda, por no tener con qué pagar el alquiler y fuimos a parar a Magdaleno donde
junto al Teatro Estable de allá se gestaron muchas obras con las que asistimos
a diferentes Festivales: “Ángeles Olvidados por el Tiempo” “Recuerdos”, entre
otras. La desidia, la envidia, el chisme y la mala voluntad acabó con un lindo
trabajo en conjunto y tuvimos que emigrar a San Francisco de Asís. Un comienzo
muy lindo pero como decía mi mamá “el pescado a los tres días hiede….” Una vez
más la envidia, la mala voluntad acabó con todos los planes. Lo único grande y
hermoso que se gestó dentro de esas cuatro paredes fue “Errantes” espectáculo
montado en una noche, con ensayo, diseños y todo lo concerniente a la obra en
una noche, repito. Al día siguiente estrenamos en el Segundo Festival
Nacional de Teatro “Emma Soler” en el Teatro Leoncio Martínez de Los
Teques. A partir de un texto poético de Vianney
Rodríguez se construyó una gran cantidad de imágenes que fue de gran impacto en
el público a nuestro favor.
Nadie quería creer que en una noche se gestara tan
hermoso espectáculo. En el año 90 volvimos a Villa de Cura, gracias a la
benevolencia de la Señora Marta de Martínez, Directora de Danzas “Caribay”,
quien nos ofreció compartir un pedacito para que el grupo no anduviese del timbo al tambo. Se lograron muchas cosas en esa sede de la Calle Páez:
la visita del maestro Rafael Briceño, Armando Gota, Gustavo Rodríguez, América Alonso, Esteban Herrera, Horacio Peterson, Pilar Romero, entre otros. “Camerinos” “Divas” “Bajo la Mirada de Gardel”,
“Por Nuestras Pequeñas y Terribles Miserias”, entre otras. Todas con
gran éxito de crítica y de público. Fue el proyecto de unos jóvenes de Quinto
año del Liceo Alberto Smith para su graduación, enmarcado dentro de una actividad cultural
el que nos hizo asesorarles y pautamos dentro de toda la programación
planificada traer a la Profesora Pilar Romero a dictar una conferencia en el
mismo Liceo sobre el Instituto Universitario de Teatro, IUDET, para aquel entonces. Pilar habló del Instituto y también de El Teatro
Nacional Juvenil de Venezuela TNJV. Se logró trabajar en conjunto Teatro
Nacional Juvenil de Venezuela Núcleo Aragua y el Teatro Estable de Villa de
Cura.
El espacio que nos brindó Danzas Caribay se hacía
pequeño para las tantas actividades y fue cuando uno de los integrantes del
grupo sugirió: “cerca de mi casa hay un galpón abandonado”; pregunté: ¿Dónde
queda eso? “Por Guayabal, en Los Coloraditos”. ¡Me brillaron los ojos como nunca! Vivir en
una parte de esa orilla del mundo, donde por primera vez me encontré con la
poesía.
Los Galpones, un sitio sucio, descuidado, donde
guardaban autobuses, lleno de grasa. Nadie quería trabajar por lo terriblemente
feo del espacio. Dos o tres de los muchachos se animaron y el TNJV sede
Principal decidió pagarnos el espacio (25.000 Bolívares de los viejos) y que nosotros lo limpiáramos y corriéramos con los
gastos. Así se hizo. Nos mudamos para el galpón el 3 de septiembre de 1994. Se
realizaron muchos talleres con grandes maestros de la escena, espectáculos,
lecturas de poesía, conciertos, enviados desde Caracas y algunos amigos ganados
para la idea. En el año 95 el recorte presupuestario a nivel nacional, las
inútiles esperas, a las puertas del despacho del Gobernador, el si pero no,
pero espérate, el ya va, dame un poco de tiempo del Alcalde local, hizo que el
TNJV Núcleo Aragua despareciera por falta de apoyo gubernamental, y se quedo solo
el Teatro Estable de Villa de Cura a la orilla del mundo con una mano adelante
y otra atrás como decía mi mamá.
Nunca podré olvidar cuando Luis Enrique Torres, quien fue el único que se quedó, con lágrimas en los
ojos me preguntó: "-¿Y ahora que vamos a hacer?" Lloré durante un
largo rato en el patio. Me hacia falta, porque tenia tiempo que no lo
hacia. Después de ese largo rato, tomé la
decisión de quedarnos, de
luchar por lo ganado.
Logramos la única sala de teatro con programación permanente en el Municipio, que lleva por nombre Sala de Teatro
“Enrico Terrentin” en homenaje a ese gran maestro técnico, director y novio de
la madrina del Teatro Aragüeño. Actividades de poesía, Narración Oral, cine,
danza, teatro, talleres, conferencias, Muestras, Festivales sustentan las
diferentes actividades para mantener la sala viva.
Destacados grupos de teatro a nivel Nacional e internacional
de España, Chile, México, Argentina, han puesto su granito de arena. Talleres y
Conferencias con destacados maestros nacionales e internacionales como: Alberto
Ravara (argentino); Héctor Becerra (argentino); Eduardo Vergara (cubano); Elba Escobar (venezolana); Fernando Villate (colombiano), Ludwig
Pineda (venezolano), Cruz
Noguera (venezolano) Teresa
Selma (méxico-venezolana) (Enrico Terrentin (venezolano), Mariozzi Carmona (venezolana); Mario González (argentino), Carlos Dimeo (argentino– venezolano),
entre otros que escapan en este momento de mi memoria. Este año celebraremos 30
años del Teatro Estable de Villa de Cura y 18 años en este espacio. Aun no
hemos logrado una sede propia. Muchos
ofrecimientos, viajaderas, gastos, papeleos, esperas, trámites y pare usted
de contar. Se han tocado todos los puntos
gubernamentales y políticos sin una respuesta satisfactoria:
Obras como “A Petición del Público”, “Aquel 19 Será”
en coproducción con la Compañía Nacional de Teatro, “Los Peces Iracundos”, “El
Pedido de Mano” de Anton Chejov, “Por el Norte con el Mar de las Antillas”,
“Desvencijado”, “Los Invasores” espectáculo del chileno Egong Wolf versus
Orlando Ascanio en coproducción con la Compañía Nacional de Teatro, “Post
Data”, “Juegos y Recuerdos”, “Princesa de Piedra, Corazón Valiente” de Luis
Enrique Torres, “Extraños en la Noche” de la cubana Esther Suárez en Coproducción
con el Teatro Nacional Juvenil de Venezuela, entre otras tantas. Son
espectáculos que han visto
luz en este espacio a cargo del Teatro Estable de Villa de Cura.
Hoy por hoy contamos con la Sala de Cine Comunitaria
Villa de Cura y la Sala de Teatro “Enrico Terrentin” pertenece al Circuito de
Salas Concertadas del Ministerio del Poder Popular para la Cultura. Debo hacer mención que cuando iniciamos nuestras
actividades en este espacio, toda la comunidad se acercó con miras a hacer
teatro, ahora bien cuando se dieron cuenta que la cosas eran mas serias de lo
que pensaban, muchos se fueron aislando y participando hoy en día como
espectadores. La novedad de un teatro, las figuras de la televisión que siempre
nos visitan causaron el furor y la emoción que luego se fue aplacando.
El trabajo en esta comunidad ha sido y es duro,
difícil y al mismo tiempo enriquecedor, nutritivo, por la variedad de criterios
que luego se van cotejando para fijar determinados propósitos, para llegar al
desarrollo social, al crecimiento intelectual y espiritual de todos. Lo que sé,
puedo decir que se lo debo a toda esa gente con quien he compartido el trabajo
comunitario a través del teatro. Claro, está la escuela teatral me ha brindado
las herramientas, la base para trabajar, para edificar; ahora, lo que me ha
formado realmente es ese codo a codo en el día a día que me insta a crear
nuevas formas o maneras para resolver, para tomar decisiones sobre la realidad
en la que trabajamos, para conocerla profundamente aunque cada vez se hace más
compleja porque está siempre cambiando y transformándose. Llevo 55 años de vida teatral y me atrevo
a decir que el ochenta por ciento de esa carrera o de ese trabajo que he
realizado, ha sido para este otro lado de la vida a la orilla del mundo por
decirlo así; siempre con las mismas ganas de compartir saberes, de estimular
inquietudes, de palpar logros importantes para cada quien. Gente que no
consiguió con el teatro lo que buscaba y que lo aprendido le sirvió para
continuar otra carrera, aun así no dejan de hacer teatro, porque siempre lo
recuerdan como un aprendizaje, una lección o la puerta que se abrió para
continuar, para crecer para avanzar … Para reencontrarse con la poesía a la orilla de
mundo.